MI COMODÍN

¡SUAVE PATRIA! (2/3)

Etelberto Cruz Loeza.

               Algunos amigos y conocidos míos me preguntaron si escribiría sobre Don Ramón López Velarde; mi respuesta fue: carezco de la formación específica, de los conocimientos, experiencia y no es el lugar para desarrollar doble apasionado tema: su obra literaria y la Suave Patria. Desconozco si satisfice su pregunta, así que continúo:

                Igualmente, no he encontrado voces, palabras tan sencillas, inéditas y tan rítmicamente asonantes que comunican imágenes tan mexicanas, tan citadinas y, a la vez, tan provincianas: 

PRIMER ACTO     

Patria: tu superficie es el maíz,

Tus minas el palacio del Rey de Oros

Y tu cielo, las garzas en desliz

Y el relámpago verde los loros.

…El Niño Dios te escrituró un establo

Y los veneros de petróleo el diablo.

…Sobre tu capital, cada hora vuela

ojerosa y pintada en carretela;

y en tu provincia, del reloj en vela

que rondan los palomos colipavos,

las campanadas caen como centavos.

…Patria: tu mutilado territorio

Se viste de percal y abalorio.

Suave patria: tu casa todavía

es tan grande, que el tren va por la vía

como aguinaldo de juguetería.

…Tu barro suena a plata, y en tu puño

su sonora miseria es alcancía;

y por las madrugadas del terruño,

en calles como espejos, se vacía

el santo olor de la panadería.

…Cuando nacemos, nos regalas notas,

después, un paraíso de compotas,

y luego te regalas toda entera,

suave Patria, alacena y pajarera.

…Al triste y al feliz dices que sí,

que en tu lengua de amor prueben de ti

la picadura del ajonjolí.

¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena

de deleites frenéticos nos llena!

                En pocas palabras, con tan inéditas como magníficas, preciosas, naturales, populares y cromáticas metáforas nos presenta síntesis de historia, economía, costumbres, ethos cultural-  rutinas de la vida citadina de la capital del país, y de provincia.

                ¿Es falso que – (¡hace casi 100 años!) – nuestra superficie era el maíz? ¿Qué nuestras minas, el palacio del Rey de Oros? ¿Y lo blanco de nuestro cielo, las garzas en desliz y el relámpago verde de los loros? ¿Dónde, cuándo, habrá visto el relámpago verde de los loros?

                Igualmente, concédaseme ¿es falso que el Niño Dios nos escrituró un establo y los veneros del petróleo … ¡el diablo!? También, ¿es falso que nuestra casa todavía es tan grande, que el tren va por la vía… ¡como aguinaldo de juguetería! (Si usted visita la ciudad de Zacatecas, ascienda-acuda al cerro de La Bufa y localice la estación del tren…verá que el tren va por la vía… ¡cómo aguinaldo de juguetería!) y le concederá razón a Don Ramón. (Por cierto, Zacatecas tiene únicamente dos estaciones: la de invierno y ¡la del tren!).