MI COMODÍN 

                   1° DE 6 (1/2)

Etelberto Cruz Loeza     

El pasado  sábado Andrés Manuel López Obrador cumplió el 1° de 6 años de su mandato constitucional como presidente del país y al siguiente día, antier, inició el 2° de ejercer el poder total de una forma cabal, completa, aunque a partir del 5 de julio de 2018 está disponiendo del máximo poder (por la retracción-entrega acordada o por la razón que haya sido que le cedió la administración que saliente) y, como lo deseaba  y fiel a su estilo personal de gobernar,  realizó su festejo personal e informó a su universo de seguidores los logros de su ya no naciente administración.

                En este inicio de su bienio es válido valorar lo logrado. Usted, amable lector, de conformidad con su condición de vida, formación y experiencia, será el mejor juez.

                En cuanto a la forma, inicialmente rompió formatos y esquemas de comunicación – reuniones diarias desde las 6 AM, con el llamado gabinete de seguridad nacional, lo que fue y es una innovación, pero, en términos de resultados positivos para la sociedad, no se evidencian – y, una hora después, colocándose él como intocable, invariable, único centro-origen-conductor-juez-fiscal-verdugo  de la noticia  – y de relación con los Medios – calificando, categorizando, dividiendo, estigmatizando, ironizando, burlándose de enemigos, aunque conservó las prebendas-beneficios y los llamados chayotes, pero con otros nombres y precios.  Lo cual no es nuevo, es normal que se realice. Todas las administraciones de gobierno – en sus 3 niveles -, lo hacen.

                Parece ser, al menos ésa es la imagen, desacralizó el poder. Lo acercó a la gente. ¿Esto es malo? Imposible saberlo.  Ejemplos: viaja en aviones comerciales, convirtió en museo la residencia presidencial Los Pinos y difundió imágenes de sus instalaciones y áreas-objetos de lujo-confort y, aparentemente, no tiene protección oficial: nadie lo cuida.

                Con el estandarte-lema-bandera de combate a la corrupción corrigió varios excesos que sus antecesores en el poder Ejecutivo y gobernabilidad del poder Legislativo realizaron, como los excesivos salarios en la burocracia de esos 2 poderes de la Unión, canceló contratos de personal de confianza e incluso despidió.

Está en curso-proceso enmendar abusos en el poder Judicial y la lucha será muy empeñada, desgastante y técnica. El epílogo no será pronto y sí muy significativo. Casi tiene la mayoría de ministros=gobernabilidad de la Suprema Corte de Justicia (uno de los llamados frágiles mecanismos de contrapeso existentes, palabras del Gral. Carlos Gaytán Ochoa en su discurso del 22 de octubre).

Además, intenta limitar las salarios – ajustarlos a la nueva Ley de Remuneraciones (que se regresó a la Cámara de origen para la presentación de parámetros salariales. Ya existe propuesta; estará en comisiones; continuará su proceso para, en su caso, enviarla a la Suprema Corte de Justicia y seguir su trámite) y de los organismos autónomos y con ese pretexto, busca su control.

                Igualmente, y agradó a la inmensa mayoría del pueblo, puso a venta el avión presidencial – que no se ha pagado completamente –, más las flotillas de aeronaves de diversas secretarías de Estado, organismos descentralizados y paraestatales, autos, inmuebles, joyas, obras de arte, etc. 

                Como complemento, con la bandera  de la corrupción en los contratos firmados canceló unilateralmente la obra en proceso  de construcción del aeropuerto de Texcoco – aproximadamente en un 1/3 de avance – y pese a todo y con la base jurídica de asunto de seguridad nacional, detuvo todos los amparos contra la obra de construcción del nuevo aeropuerto aéreo en  la base militar Santa Lucía y en paralelo, se revisaron todo tipo de contratos  de obras en proceso  autorizados en diferentes sectores de la terminal administración.

                Hasta el momento su imagen de honesto, incorruptible, humilde, trabajador ahí está y todo, o casi todo, le ha hecho, lo que el aire a Juárez.

En el fondo, concentra tal poder que podría tentarlo el manotazo autoritario.

2 problemas son su coco: 1° La inseguridad – hasta el momento, la política pública de

seguridad ha fracasado. No ha resuelto el exponencial crecimiento delictivo nacional, y, siendo audaz, por alguna razón desconocida, el Estado se ha subordinado a los cárteles delincuenciales y, el 2°, APOSTÓ TODO a sus programas sociales asistenciales.

Como Julio César, SU SUERTE ESTÁ ECHADA.